sobre el ataque estadounidense contra Siria
Tengo una actualización importante: basada en fuentes rusas, incluyendo imágenes de video y los informes de un periodista ruso en el terreno, Evgenii Poddubnyi, que han puesto de manifiesto que el ataque estadounidense fue en gran medida un ataque simbólico.
Aquí están las evidencias:
1.- A los rusos se les advirtió previamente del ataque, por supuesto ellos se lo comunicaron a los sirios. Los estadounidenses deben haber supuesto que lo harían.
2.- La base aérea de Siria fue ligeramente dañada: algunos aviones fueron dañados o destruidos, pero muchos de ellos estaban siendo objeto de reparaciones y no podían volar. Los tanques de almacenamiento de combustible fueron destruidos. Un número de bunkers de aviones fueron dañados o destruidos. Algunos cuarteles también fueron destruidos.
3.- Hubo 6 o 7 bajas, lo cual es muy poco.
4.- Fundamentalmente, las pistas no sufrieron desperfectos.
Ahora bien lo que resulta verdaderamente intrigante es lo siguiente:
Parece que solo fueron 23 del total de los de los 59 misiles de crucero lanzados por EE.UU los hicieron blanco en la base. El resto está desaparecido. Esto podría ser debido a varias razones, incluyendo las defensas aéreas de Siria y Rusia o la guerra electrónica rusa. Tiendo a creer que esta última fue la causa real. Pero si estoy en lo cierto entonces, consecuentemente se plantea otra pregunta: ¿Por qué los rusos dejaron que 23 de los misiles de crucero impactaran? Posiblemente la respuesta sea para apaciguar Trump y no obligarlo a volver a golpear. Otra posibilidad sería, para asegurarse de que las consecuencias políticas de tan estúpido e imprudente ataque sean todavía más perjudiciales para Estados Unidos (si hubieran destruido todos los misiles de crucero esto no sucedería).
En cuanto a la reacción política de Rusia, me parece bastante fláccida: Rusia ha condenado el ataque y suspendido el Memorando de Entendimiento sobre la Prevención de Incidentes de Seguridad de Vuelo durante el curso de operaciones en Siria, firmado con los EE.UU.
Estoy algo impresionado.
A continuación les reproduzco completa la declaración rusa de la MoFA
Declaración del Ministerio
de Relaciones Exteriores ruso:
“Estados Unidos llevó a cabo ataques
contra las tropas del gobierno sirio en las primeras horas del 7 de abril,
utilizando como pretexto los ataques con armas químicas que días antes se
habían producido en la provincia de Idlib.
Estados Unidos optó por una muestra de fuerza, por una acción militar contra un
país que lucha contra el terrorismo internacional sin tomarse la molestia de
aclarar los hechos.
No es la primera vez que Estados Unidos elige un enfoque irresponsable que
agrava los problemas que enfrenta el mundo y amenaza la seguridad internacional.
La presencia misma de personal militar de los Estados Unidos y de otros países
en Siria sin el consentimiento expreso del gobierno sirio o de un mandato del
Consejo de Seguridad de la ONU es una flagrante y obvia violación del derecho
internacional que en ningún caso puede justificarse. Mientras que previamente, iniciativas
de este tipo anteriores, se habían presentaron como esfuerzos para combatir el
terrorismo, ahora claramente son un puro acto de agresión contra una nación
soberana, Siria. Las acciones emprendidas hoy por Estados Unidos infligen el mayor de los daños a las relaciones entre
Rusia y Estados Unidos.
Rusia ha manifestado en numerosas ocasiones que está dispuesta a cooperar para
resolver los problemas más urgentes que enfrenta el mundo, y que de entre todos
ellos, considera que la lucha contra el terrorismo internacional tiene una
prioridad absoluta. Sin embargo, nunca estaremos de acuerdo con una acción, no
sancionada, contra el gobierno legítimo de Siria que ha estado manteniendo, durante
un largo periodo en solitario una guerra inflexible contra el terrorismo
internacional.
Buscando justificar su acción militar, Washington ha distorsionado totalmente
lo sucedido previamente en Idlib. Estados Unidos no podía ignorar que las tropas
del gobierno sirio en ningún caso pudieron usar armamento químico en el citado enclave.
Porque simplemente Damasco no posee ese tipo de armas, como en numerosas
ocasiones previamente habían confirmado expertos calificados. Esa fue la
conclusión a la que llegó la Organización para la Prohibición de Armas Químicas
(OPAQ). Cuando, durante los últimos años, esta organización inspeccionó casi
todas las instalaciones vinculadas o posiblemente vinculadas con el programa de
armas químicas en Siria. En cuanto a lo sucedido en Idlib, son los terroristas
que operan allí quienes producían minas tóxicas destinadas para ser utilizadas tanto
en Siria como en Irak. Estas instalaciones de fabricación se inutilizaron
durante una operación militar llevada a cabo por la fuerza aérea siria.
Estados Unidos pretende hacernos creer que no está al tanto de informaciones obvias,
mientras que hace caso omiso del uso repetido de tales armas químicas llevado a
cabo en Irak, y confirmado oficialmente por Bagdad. Estados Unidos se niega a
creer en las pruebas aportadas por documentos certificados que confirman el uso
de tales armas químicas por parte de terroristas en Alepo. De esa forma,
Estados Unidos está fomentando y fortaleciendo el terrorismo internacional. Como
consecuencia de su papel en este terreno se pueden esperar nuevos ataques WMD.
No hay duda de que la acción militar ejecutada por Estados Unidos es un intento
de desviar la atención sobre la situación que está sucediendo en Mosul, donde
la campaña llevada a cabo, entre otros por la coalición liderada por Estados
Unidos, ha causado cientos de bajas civiles y un desastre humanitario cada vez
mayor.
Es obvio que el ataque con misiles de crucero del pasado día 7 fue preparado de
antemano. Cualquier experto en el tema sabe con certeza que la decisión
ejecutada por Washington sobre tales ataques aéreos fue tomada antes de los
acontecimientos que tuvieron lugar en Idlib, que simplemente sirvieron, como un
burdo pretexto, para llevar a cabo una demostración de fuerza.
Rusia suspende el Memorando de Entendimiento, firmado con Estados Unidos, sobre
la Prevención de Incidentes de Seguridad de Vuelo en el curso de las
operaciones en Siria. firmado con los Estados Unidos.
Pedimos al Consejo de Seguridad de la ONU que celebre una reunión de emergencia
para discutir los últimos acontecimientos.”
Una vez más, estoy muy decepcionado por decirlo suavemente.
Espero que la indignación dentro de Rusia obligue a Lavrov a cancelar su reunión planeada con Tillerson. La Duma, generalmente soñolienta, parece estar indignada.
The Saker
PD: Ni que decir se tiene, no hubo armas químicas o instalaciones de almacenamiento de armas químicas que fueran dañados: sabemos que dado que NADIE, incluyendo a los reporteros rusos, siquiera llevaban, máscaras de gas ni menos aún, trajes completos de protección química, esto no resulta sorprendente ya que, obviamente, nunca existieron en primer lugar.
PPS: sólo para el registro, este ataque fue una violación directa y clara de
La ley nacional vigente en Estados Unidos (ya que Trump nunca obtuvo por parte del Congreso, la autorización expresa que autorizara este ataque)
Derecho internacional: (Trump es ahora culpable del delito de “agresión”) promulgado en La Carta de las Naciones Unidas.
En otras palabras, Trump es ahora un criminal de guerra y Estados Unidos (una vez más) un estado deshonesto.
El informe de la CIA
sobre el “ataque químico” de
Khan Shaykhun
es una burda falsificación
El profesor Theodore Postol, experto del Massachusetts Institute of Technology (MIT), observa en un estudio publicado el 13 de abril de 2017 que el informe de las agencias de inteligencia de Estados Unidos sobre el “ataque químico” de Khan Shaykhun, divulgado por la Casa Blanca contiene burdos errores.
Por ejemplo:
Según la CIA, el incidente químico de Khan Shaykhun fue un caso de dispersión de gas sarín.
Sin embargo, las fotografías enviadas por la única fuente de la CIA –los White Helmets o “Cascos Blancos”– muestran como varias personas recogen muestras en un cráter, supuestamente resultado del impacto de una bomba de la aviación siria (Ver foto).
El hecho es que la contaminación por gas sarín no se efectúa a través de las vías respiratorias. El gas sarín atraviesa la piel y además demora varias semanas en degradarse por exposición al aire y la luz.
Si la foto fuese auténtica, como afirma la CIA, los individuos que aparecen en la foto, supuestamente recogiendo muestras, y las personas que los rodean habrían sido todos gravemente contaminados.
Khan Shaykhun, localidad de la gobernación siria de Idlib, se halla bajo la ocupación de diversos grupos yihadistas y bajo la administración de facto de la OTAN.
La única fuente de información sobre el incidente químico del 4 de abril de 2017 son los llamados “Cascos Blancos”, organización que se compone de miembros de al-Qaeda dirigidos por oficiales del MI6 británico, bajo las órdenes del agente británico James Le Mesurier.
El 21 de agosto de 2013, un incidente químico dejó como saldo entre 322 y 1 729 muertos en la Ghouta, el cinturón verde de Damasco.
En aquel momento, las potencias occidentales atribuyeron la responsabilidad del incidente a la República Árabe Siria. Pero 4 meses después un diputado turco del CHP, Eren Erdem, hizo públicos documentos que demuestran que el gas utilizado venía de Turquía y que había sido trasladado hacia los alrededores de Damasco bajo la responsabilidad de Ilhami Bali –actual líder del Emirato Islámico (Daesh) en Turquía– y con la complicidad de autoridades turcas.
Acusado de alta traición por el entonces primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan, por haber revelado estos documentos, el diputado Eren Erdem fue despojado de su inmunidad parlamentaria, arrestado y condenado a 350 días de cárcel.
Documentos adjuntos
(PDF - 875.6 KB)
Comunicado del ministerio ruso de
Exteriores
sobre la investigación francesa
relativa
al presunto uso de armamento químico
en Khan Cheikhun
27
Abril 2017
París ha publicado un informe de la inteligencia francesa que expone la apreciación de su país sobre el presunto uso de armamento químico cerca de la ciudad de Khan Cheikhun, en la provincia siria de Idlib. Se trata ya de la tercera investigación realizada por un miembro de la comunidad internacional, después de las de Turquía y el Reino Unido. Parece que esos Estados no tienen confianza en la OPAQ [Organización para la Prohibición de las Armas Químicas] o que están tratando de influir en el trabajo de esta en el sentido que ellos desean.
Un primer análisis del documento francés, de 5 páginas da lugar a numerosas interrogantes, sobre todo sobre cómo obtuvo la parte francesa las muestras que –según afirma el documento– fueron recogidas directamente en los lugares de los hechos. Si la inteligencia francesa las recogió ella misma, eso significa que tiene acceso a la zona controlada por grupos de la oposición armada siria vinculados a al-Qaeda. Si las muestras fueron obtenidas en otro lugar, como en un país vecino de Siria, la veracidad del análisis realizado queda inmediatamente en duda.
Cabe recordar que, a la luz de las reglas internacionales, las muestras analizadas deben mantenerse intactas a lo largo de todo el trayecto entre el lugar de los hechos y el laboratorio.
Para demostrar que el gas sarín supuestamente utilizado en Khan Cheikhun fue producido por Siria, los autores del informe indican que su «receta» prueba el uso de métodos elaborados por los laboratorios sirios. No se sabe de dónde sacan esa certeza ya que el gas sarín «listo» [para su uso] nunca existió en Siria: sólo existieron sus elementos precursores, que fueron totalmente evacuados del país en 2014. Por otro lado, los dispositivos móviles que permitían sintetizar el gas sarín fueron destruidos, como lo confirmó la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
El único «gancho» de los autores del informe es la supuesta correspondencia entre los resultados del análisis y el estudio de muestras recibidas por Francia en 2013 desde lugares de otro incidente que también pudiese estar vinculado al uso de sarín. Esto es poco convincente ya que la Misión de la ONU, ya en 2013, no pudo confirmar independientemente la información del informe francés sobre el supuesto incidente de Saraqeb, ni el respeto del protocolo de preservación de las pruebas, n siquiera durante el transporte de las muestras recogidas. La única prueba material a la que se refieren los autores del informe es, a juzgar por la foto, una granada de mano cargada con sarín supuestamente lanzada desde un helicóptero sirio. El uso de una granada con sarín… es nuevo. Que nosotros sepamos, es un caso sin precedente en toda la historia de las armas químicas. Una munición química tan “exótica” no resulta muy segura para quien la utilice.
En otras palabras, numerosas incoherencias demuestran la mala calidad de la investigación. La única posibilidad de comprobar la verdad sería enviar a Khan Cheikhun y a la base aérea de Shayrat, donde supuestamente se hallaba el sarín utilizado en Khan Cheikhun, la Misión de la OPAQ encargada de comprobar los hechos utilizando los métodos previstos en la Convención sobre la Prohibición de las Armas Químicas y por el mandato de dicha Misión. Es igualmente importante que su composición respete el párrafo 8 de dicho mandato, que exige la formación de un grupo de expertos cuya procedencia geográfica sea lo más amplia posible. Sólo en ese caso los resultados de la investigación internacional podrían ser admitidos con confianza por todos los países.
Ese era precisamente el objetivo del proyecto que Rusia e Irán presentaron recientemente durante la sesión especial del Consejo Ejecutivo de la OPAQ. Desgraciadamente, ese proyecto fue bloqueado esencialmente por los países occidentales, entre ellos Francia, que –como alternativa a una investigación internacional imparcial– emprendió su propia investigación, desde un punto de vista profesional, muy deficiente.
Exhortamos nuevamente a poner fin a los “juegos políticos” indecentes alrededor del expediente químico sirio y a iniciar los pasos que Rusia viene proponiendo desde hace 3 semanas: enviar a Khan Cheikhun y a Shayrat un grupo de especialistas del que también serían parte representantes de países que no están cegados por el odio al gobierno legítimo de Siria.
¿Y por qué Trump bombardeó
Sheyrat?
A pesar de las
apariencias, la administración estadounidense, lejos de comportarse de
forma errática, está tratando de fijar el marco de su política exterior.
El presidente Donald Trump está negociando con un representante del
Estado Profundo, la estructura que gobierna Estados Unidos desde el
11 de septiembre de 2001. Y parece que han llegado a un acuerdo cuyos
detalles están todavía por precisar. Varios miembros de la administración
aclararían la nueva política exterior de la Casa Blanca a fines de mayo, ante
una comisión del Congreso.
En el
momento del ataque estadounidense contra la base aérea siria de Sheyrat,
hice notar que aquella acción no era más que una farsa y que el
secretario de Estado la había utilizado para presionar a sus aliados
europeos y obligar al verdadero organizador de la agresión contra la
República Árabe Siria –el Reino Unido– a mostrar su rostro. Hoy
se sabe un poco más al respecto.
El presidente Trump, enfrentado
simultáneamente a la oposición de la clase dirigente y la del Estado
Profundo estadounidense, utilizó el ataque contra la base siria de Sheyrat para
«restaurar la credibilidad» (sic) de la Casa Blanca.
En el verano de 2013, el presidente Obama,
acusó a Siria de haber utilizado armas químicas y de haber cruzado así una
«línea roja». Pero Obama no decidió tomar “represalias”,
incluso se escudó en el Congreso para no hacerlo. Su impotencia
fue entonces particularmente evidente ya que, en virtud de la «Syrian
Accountability Act» –la declaración de guerra que el Congreso había
adoptado contra Siria en 2003–, Obama podía haber bombardeado
ese país sin pedir la opinión de los congresistas.
Al acusar a Siria de haber utilizado armas
químicas, esta vez en Khan Cheikhun, y bombardeándola de inmediato,
Donald Trump no buscaba otra cosa que dar prueba de la «credibilidad»
que había faltado a su predecesor.
Sabiendo perfectamente que Siria no era
culpable –ni en el verano de 2013, ni ahora en Khan
Cheikhoun–, el presidente Trump se las arregló para que el
Ejército Árabe Sirio supiera de antemano que la base iba a ser atacada y
tuviera tiempo de evacuarla.
A continuación, Trump inició negociaciones
con el Estado Profundo estadounidense –o al menos con uno de sus voceros,
el senador John McCain. Un representante de Israel,
el también senador [estadounidense] Lindsey Graham, participó en las
discusiones.
Por supuesto, los europeos se sorprenderán
mucho al enterarse de que Donald Trump tuvo que comportarse como un vulgar
«señor de la guerra» para reafirmar su posición como presidente de un
Estado miembro de la ONU. No estaría de más que tuviesen
en mente el excepcional contexto actual en Estados Unidos, donde el
Estado Profundo se compone fundamentalmente de militares y, sólo de forma
secundaria, de civiles.
Según nuestras informaciones, el presidente
Trump aceptó al parecer renunciar –al menos por ahora– al
desmantelamiento de la OTAN y de su versión civil –la Unión Europea.
Esa decisión implica que Washington sigue –o finge seguir–
considerando a Rusia como su principal enemigo. Por su parte, el Estado
Profundo estadounidense parece haber aceptado renunciar a seguir apoyando a los
yihadistas y haber abandonado a la aplicación del plan británico de las «primaveras
árabes».
Para sellar ese acuerdo, dos personalidades
provenientes de las filas de los neoconservadores entrarían próximamente en
la administración Trump y se encargarían de dirigir la política hacia
Europa:
Kurt Volker, el director del McCain Institute (universidad del Estado de
Arizona), sería nombrado director de Eurasia en el Departamento de Estado.
Volker es un ex juez militar y fue embajador del presidente Bush Jr. ante
la OTAN durante la guerra de Georgia –en agosto de 2008.
Tom Goffus, uno de los asistentes del senador McCain en la Comisión senatorial
a cargo de las fuerzas armadas, sería nombrado asistente adjunto del
secretario de Defensa a cargo de Europa y de la OTAN.
Goffus es un oficial de la US Air Force y ya desempeñó ese tipo de
funciones bajo la jefatura de Hillary Clinton y en el Consejo de Seguridad
Nacional.
En cuanto a Siria, ese acuerdo –si ambas
partes llegan a ratificarlo– debería poner fin a la guerra de
Estados Unidos contra la República Árabe Siria. Pero la guerra podría
continuar por iniciativa del Reino Unido y de Israel, respaldados por sus
aliados –Alemania, Arabia Saudita, Francia, Turquía, etc.
Poco a poco sigue reduciéndose el
grupo de los llamados «Amigos de Siria», que en 2012 llegó a
reunir 130 países y organizaciones internacionales. Hoy sólo
quedan 10.