CARRERA ARMAMENTOS EN EUROPA
1983: LA PRIMERA CRISIS DE LOS EUROMISILES
Tras al fracaso de la CSCE, Commission on Security and Cooperation in Europe, la tensión se percibe también en otras situaciones. La crisis de los euromisiles condujo a Carter a proclamar el embargo de cereales y productos de alta tecnología con destino a la URSS -4 al 20 de enero de 1980- y a boicotear los Juegos Olímpicos de Moscú, al que se unieron otras 55 naciones. Como consecuencia de la no participación de los EE UU en los Juegos Olímpicos de Moscú, la URSS, por retorsión, seguida por otros 13 países, no acudió a la cita olímpica de Los Ángeles en 1984.
Los acuerdos SALT I firmados en 1973 suponían un reconocimiento recíproco entre las superpotencias del principio de paridad en materia de armamentos estratégicos y un acuerdo para limitar el número de sus misiles intercontinentales. No obstante, casi al mismo tiempo, la URSS emprendió una modernización forzada de todo su arsenal que le proporcionó una ventaja clara sobre EE UU.
Por una parte, sin violar los términos del SALT I triplica el número de sus ojivas, adaptando cabezas múltiples a sus lanzaderas de nueva generación. Por otra, terminan la construcción de un nuevo misil de alcance intermedio -4.000/5.000 km-, el SS-20 -dirigido esencialmente contra la Europa Occidental- y que en razón de sus características técnicas no estaba contemplado en las negociaciones SALT. Desde 1977, Moscú despliega la instalación de una red de 330 cohetes SSLa20 a largo de toda la Europa Oriental.
A principios de 1980 el desequilibrio militar resulta evidente. Además de la amplía superioridad de las fuerzas convencionales del Pacto de Varsovia, la URSS aparece como la primera potencia militar nuclear del globo. Un arsenal gigantesco construido a través de un considerable esfuerzo financiero: mientras EE UU dedica el 5% de su Producto Interior Bruto a este proceso, en la URSS esta cifra se elevaba al 15%.
Las conversaciones sobre la limitación de armamentos son, en este contexto, muy difíciles. Las negociaciones SALT II, iniciadas en 1977 -y que pretenden un acuerdo más global finalizan con la firma entre Bréznev y Carter de un acuerdo (Viena, 15-18 de junio de 1979), que limita el número y el tipo de las lanzaderas nucleares intercontinentales para cada uno de los dos países. Pero el SALT II no reducía la carrera de armamentos, sino que se limita, simplemente, a frenar su progreso. El Senado de los Estados Unidos no lo ratificó en razón del incremento de las tensiones con la URSS y por juzgarlo muy favorable para Moscú.
Otros encuentros tendrán resultados similares. Las negociaciones sobre la reducción de fuerzas en Europa, los MBFR (Mutual Balanced Forces Reduction) comenzadas en Viena en octubre de 1973 con la participación de la OTAN y el Pacto de Varsovia fracasan sin que pueda evaluarse el número de efectivos de cada parte, proponer reducciones o crear un sistema de control aceptable para todos. Los encuentros sobre las fuerzas nucleares de alcance intermedio - Ginebra, 30 de noviembre de 1981- y las negociaciones START (Strategic and Tactic Armaments Reduction Talks), sobre la reducción del armamento estratégico y táctico -Ginebra, 29 de junio de 1982- están bloqueadas.
Los euromisiles enturbian todos los encuentros. Desde 1979, la OTAN denuncia el despliegue de los SS-20 y adopta en diciembre la «doble decisión»: ofrecer a Moscú el inicio de negociaciones o, en su ausencia, reforzar su aparato militar en Europa. En concreto, el emplazamiento de misiles norteamericanos de alcance intermedio, Pershing II y Crucero, con los cuales ahora EE UU podría alcanzar el territorio soviético desde Europa Occidental.
Las dilatorias respuestas soviéticas encuentran una nueva propuestas lanzada por Reagan el 18 de noviembre de 1981, la opción cero: no instalación de los Pershing y Crucero, a cambio del desmantelamiento de los SS20. Paralelamente, el presidente de los Estados Unidos incrementa el presupuesto de defensa que entre 1980 y 1985 aumenta en un 64%. Las sociedades europeas se ven convulsionadas: de una parte, amplios colectivos sociales y de opinión pública - en Bonn, Londres, Roma, Bruselas y París (“cadena humana” de 106 km de largo los días 22 y 23 de octubre de 1983)- desarrollan frente a esa militarización campañas pacifistas que se presentan como la renovación del Movimiento de la Paz de los años cincuenta; de otra, los gobiernos se ven obligados -en dirección contraria- a seguir una línea de realismo político. El rechazo de Moscú y la victoria de la coalición conservadora-liberal en la Alemania Occidental, marzo de 1983, permite el despliegue de los Pershing en la RFA, el 22 de noviembre, con el apoyo de Francia, en una operación ampliada posteriormente a otros países y que significa una victoria de la OTAN y un grave fracaso para la URSS.
Todo este incremento de la tensión bélica entre los dos "Bloques" se enmarca dentro de la formación de un acontecimiento astronómico - astrológico, la "Doriforia" 1979-1983, un estrechamiento angular de todos los planetas que en su máxima concentración llegaron a estar contenidos en un arco de 72º de la Eclíptica (13 de noviembre de 1982). El Índice de Concentración Planetaria elaborado por Henri Gouchon, desarrollado y rebautizado posteriormente por André Barbault como Índice Cíclico Planetario, revelaba un incremento de la tensión en este periodo.
Esta fase de tensión soviético-americana ha creado, igualmente, malentendidos entre los socios atlánticos. En el marco de la defensa y los aspectos estratégicos, Europa Occidental prefiere preservar el cauce de su diálogo con los países del Este que la política de Reagan parece cuestionar. Estados Unidos, por su parte, observa en el comportamiento europeo un peligroso deslizamiento, más aún cuando los contratos masivos de gas siberiano son interpretados como un forma de dependencia frente a su abastecedor, la URSS. Pero tampoco los europeos - dependientes aún en materia estratégica de Washington- presentan un frente convergente. La «guerra de las galaxias» divide a Europa Occidental por la amenaza de fractura del bloque Defensivo producido entre la defensa norteamericana y la europea. A pesar de las reticencias, a la hora de participar en la IDS, ingleses, italianos y alemanes inician sus contactos con Washington en 1985 y 1986. Por su parte, Francia elabora una propia iniciativa europea: el proyecto Eureka.
IMPRESIONANTE!!!!
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